CDMX.- La televisión no le es ajena a esta estrella cinematográfica, protagonista incluso en el cine dentro del cine (en Hable con ella, de Pedro Almodóvar, estelariza el corto Amante menguante, que el enfermero Benigno narra a Alicia, la paciente en coma).
Ella era una figura destacada de la TV española a principios de la década del 2000, gracias a la serie 7 vidas, que abandonó justo en su momento más alto. Sin hablar el idioma, sin mayores contactos, pero con ganas de triunfar, fue a filmar a Estados Unidos.
“La oportunidad de trabajar en Estados Unidos me surgió muy pronto y dije ‘por qué no’, mientras me guste la historia y sea un reto, allá voy. En mis primeros proyectos, como no hablaba inglés, fue muy difícil enfrentarme a personajes y estar en un equipo donde no entendía nada, no podía comunicarme, pero esas cosas me gustan porque creo que uno saca lo mejor de sí mismo cuando se encuentra en situaciones que no controla”, relata la actriz española, que también acaba de estrenar Rambo V Last blood en México.
Pero fue una cinta en español la que le dio la internacionalización: Lucía y el sexo, de Julio Médem que estrenó en 2001. “Esa película viajó mucho, todavía sigue viajando, hace poco estuve en Japón y la gente me conoce por eso. Es una película que me dio mucho y yo también le di mucho, lo puse todo ahí”.