PARA el Fiscal General del Estado, César Augusto Peniche Espejel, los ataques, uno varios fatales en contra de dos de sus comandantes, requiere modificar las estrategias que desarrolla su área operativa.
Lo hemos dicho antes; cuando los ataques son en contra de policías, quienes dejan su vida por la seguridad y tranquilidad de la sociedad, entonces qué puede esperar el ciudadano común.
Nada, es una buena respuesta y dicho por el Fiscal General, hay que replantear las estrategias, pero habría que decir cuántas veces, o si realmente existe una estrategia que no sean reactivas o los operativos anti-ebrios.
Porque ciertamente no se trata de un gobierno estatal que inicia o que sea novato, y que más bien, está a un par de meses de hacer la hazaña de todos (los gobernantes), bajar la nave del cielo, de manera tranquila si se puede, para un aterrizaje terso.
Sin embargo, el Fiscal tiene razón, hay que o por lo menos tener una sola, pero efectiva, que le permita al gobernar Javier Corral Jurado, realice un cierre cercano en a lo decoroso, en el tema que más preocupa a los chihuahuenses, la seguridad pública y la armonía social.
Según los números tenemos por desgracia, existe un registro de 87 policías estatales asesinados en el sexenio de Corral, lo que a todos deben preocupar y ocupar, cosa que no sucede pues no se para ni en funerales ni honores de sus agentes caídos, eso sí en actividades deportivas hay que poner un seis.
Pero bueno esa es su filosofía de trabajo, pero no, tampoco la forma de gobernador sin resultados y para acabarla de amolar sin César Duarte en la cárcel.
EN MATERIA de inseguridad, pues sólo falta que un escolta de la alcaldesa María Eugenia Campos Galván, haya incurrido presuntamente, en un asalto e intento de extorsión en una farmacia franquicia con el nombre de Guadalajara.
Él y un cómplice, no se sabe ahora si también es policía, asaltaron y dice el parte policiaco que se llevaron 100 mil pesos en efectivo, en números reales y por fortuna en este caso fueron aprehendidos casi infraganti.
Buena actuación de los policías leales y fieles a su vocación; mal por algunos de todos los niveles que andan metidos en otras cosas, como el escolta de la Maru.