¿Magia? Ya no habrá multas viales… -“Manchan” la imagen de tránsitos -Van por Evo; ¿y Ovidio? -Rescatan a dictador; abandonan a los LeBaron

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HAY QUE ver quién es el genio en Vialidad, para recomendárselo al gobernador, Javier Corral Jurado, para que cambie la percepción negativa que lo coloca con menos de un 20 por ciento de la población, que le aprueba su desempeño.

Ahora resulta que para cambiar la percepción negativa de los agentes de Tránsito, ahora conocidos como Policías Vial o más bien dicho de toda la corporación, van a desparecer las multas o infracciones como tales.

Pero no se alegre, sólo les van a cambiar el nombre por uno prologado y hasta discriminador en donde usted, se autoproclama violador de la norma. Se llamarán Conductas Viales Imprudentes Sancionables, (Cobis).

En adelante cuando le entreguen una Cobis y la acepte, pues también estará aceptando que es impruedente y por lo tanto sujeto a sanción.

Si va a Derechos Humanos, con tal documento no va a pasar nada y menos ante los jueces calificadores de Tránsito (Vialidad), pues ya sabe que por recibir la quincena, siempre le van a decir qué no, son totalmente recaudatorios y totalitariamente van en contra del cidadano y en favor del patrón; cuidan mucho su chamba.

La idea de las Cibis es cambiar la percepción negativa de la corporación, dicho por el Javier Palacios Reyes, Comisario Jefe, así se autonombra, si lo encuentra no le vaya a decir director o coordinador, es Comisionado Jefe de Vialidad. Si es agente de la corporación lo van a suspender o encarcelar.

Bajo este concepto, decíamos van a desparecer las multas o infracciones, cuando ese papel o el nombre, en realidad no es el generador de la mala percepción.

A quien se le haya ocurrido, pues vaya que es ocurrente, cuando el meollo de asunto está en los abusos de los policías viales, las mordidas, su comportamiento parcial en los casos como los borruelazos, el influyetismo, las concesiones de corralones, grúas y placas del transporte público, y sobre todo el afán recaudatorio del Comisario Jefe y su jefe, el que lo trajo desde Juárez, a este trabajo que debería ser de servicio, cual servidor público y no de Recaudador militarizado de Comisario Jefe.

Decir que esta innovadora idea viene del Consejo Consultivo de Vialidad, el que se supone es ciudadano y participan representantes de los sectores de la sociedad, es sólo una falacia, ya que ni representan a sectores ni a la sociedad. Equivaldría en desmedida proporción al Poder Legislativo que sólo obedece al poder y color de partido en turno. Claro hay más ejemplos, pero ninguno ilustra mejor.

QUÉ más hay qué ver, se convirtió en una pregunta recurrente en un día, desde que fuimos en jet de lujo y toda la cosa, a rescatar y recibir como un héroe al dictador de Bolivia, Evo Morales, a quien por si fuera poco se le recibió como jefe de estado. Mientras que en su país lo quieren procesar desvío millonario y fraude.

La respuesta es que no hay respuesta, cuando padecemos un gobierno de la república que no sólo tiene otros datos, sino otras prioridades, muy lejanas a las promesas de campaña, en donde se ofertó un cambio tal fuerte y profundo que se convertiría en una Cuarta Transformación, una cambio real de régimen, en un México con bienestar, próspero con tranquilidad, armonía y para todos.

Suena bien, no en balde el presidente López Obrador, consiguió hace poco ya casi año y medio 30 millones de votos y aún pese a sus casi diarios yerros, ocurrencias y mentiras, continúa con las simpatías de este bloque de mexicanos.

El asilo político del depuesto presidente de Bolivia, Evo Morales, es otra macha al tigre, situaciones, circunstancias a las que los mexicanos no deberían pero se están acostumbrando, pues este régimen como dice el dicho popular, no sale de una cuando ya está metido en otra.

Una pena dicen los buenos, los conservadores los fifís, que el régimen que representa López Obrador haya priorizado ofrecer primero y luego ir al rescate de un dictador, corrupto que cometió fraude y que en su país lo quieren procesar desviar recursos de ese pueblo por lo menos por 400 millones de euros que están depositados en Italia y que pese a su salario de dos mil dólares mensuales durante 14 años, no le alcanzan para amasar esa fortuna.

Otra penas es que no se actúe para traer a cuentan a otras delincuentes como el caso del ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, y una más poder viajar hasta Bolivia en plena efervescencia social y poder sacar a Evo, cuando no se pudo detener a Ovidio, el hijo de Chapo.

Tal vez lo más reprochable es el abandono del los pueblos LeBaron a quienes se les retiro la vigilancia y acabó en una masacre en donde fallecieron tres mujeres y seis niños. Para ellos la ayuda nunca llegó.

Un gobierno humanista, se dijo para argumentar el asilo; y cierto lo es peso no para miles de familias que perdieron sus guarderías infantiles, las que tenían Seguro Popular, los pueblos mágicos, para los académicos, los investigadores, los agricultores, los docentes y para los soldados mexicanos.