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LE APAGAN LA LUZ A MARU

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LUEGO de que el Plebiscito o la Consulta Ciudadana no llegó ni a los 70 mil participantes, y por lo tanto no es vinculante, queda claro que no votó ni el 10 por ciento de padrón electoral del Municipio de Chihuahua y lo que es preocupante es la omisión o silencio de los capitalinos.

Una pena para el ejercicio ciudadano, pero es parte esta democracia inacabada, en donde hubo acarreos, coacción de quienes pretendía el Sí, en un evento tan inequitativo como desinformado por parte del árbitro electoral.

Un hartazgo natural, por la política, los partidos y los políticos, más la ambición desmedida oficial y proyectos a futuro no aprobados, cuando al Municipio de Chihuahua, en este momento le interesan sólo dos cosas: La seguridad y los baches.

Cierto es que la alcaldesa, María Eugenia Campos Galván, ha sido honesta y digamos hasta valiente, para aceptar con los resultados preliminares, que fracasó su proyecto de alumbrado en el Municipio y que también, no le alcanzó ni siquiera para hacerlo vinculante.

La Presidencia Municipal gastó alrededor de 70 millones de pesos en la organización, movilización y publicidad, cantidad que ahora hay que ver cómo se va a justificar, sobre todo el tema de la publicidad, pues Comunicación Social, antes del Plebiscito ya se había gastado su presupuesto de este año.

Vienen, suponemos, tiempos de reflexión para conocer qué fue lo que realmente paso en este apagón que los chihuahuenses le dieron al proyecto de Maru Campos.

Reflexión si medidas extremas ante resultados tan lastimosos como los que se presentaron. Hay que analizar los datos que presumió el jefe del gabinete, Mario Vázquez Robles, de 60-40 a favor, con los que quería hasta apostar.

Ver si los “amarres” del secretario del Ayuntamiento, César Jáuregui Moreno, eran reales, lo traicionaron o simularon.

Y el checar el activismo de Marco Bonilla, director de Desarrollo Humano y Educación, de quien dicen en la noche del mismo domingo presentó su renuncia.

Desde luego evaluar al Coordinador de Comunicación Social, el Pipope Ignacio Dávila, quien se gasta los millones de pesos, con campañas fracasadas y sin conocer la capital, a sus habitantes y los medios de comunicación.

Y finalmente al cartucho quemado director del proyecto Arturo García Portillo, quien ya había hecho de las suyas en otras ciudades sin resultados exitosos y al igual que Dávila, nunca supo explicar y menos defender el proyecto.

Tiempo hay para Maru, debe construir con hechos su administración y demostrar que en realidad es un gobierno humanista. Ocuparse y preocuparse dejando la retórica de lado y aceptar que los chihuahuenses son inteligentes e informados, y que miles de spots en radio y tele pueden incidir en la percepción, pero no se cambia la realidad.

Desde luego aunque fuera de su ámbito directo, hay que voltear a Palacio de Gobierno y a su partido, en donde también le dijeron que NO, es más, por anticipado, aunque nunca lo acepto, ni creyó.

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