CDMX.- Ingenieros, biomédicos y empresarios que realizaron ya con éxito las pruebas mecánicas de futuros respiradores hechos en México, piden a la Cofepris y a la Secretaría de Economía despejar el camino y apoyar sus esfuerzos con reglas claras y procedimientos expeditos, a fin de contar con esos dispositivos lo más pronto posible.
En entrevista con Excélsior, Sergio Zaragoza, vocero de Resistencia TMX, afirmó que expertos de este equipo de trabajo hicieron una propuesta de ajustes y correcciones a la norma que se presentó el pasado 6 de abril y que se encuentran a la espera de una respuesta que, con voluntad política, les permita construir lo más pronto posible esos ventiladores.
Hay ciertas cosas que son ilógicas en esta normatividad que de alguna forma tenía que haberse revisado con expertos en la materia”, señaló.
Sin embargo, adelantó que si dichas disposiciones no se flexibilizan, los mexicanos podrían invocar los artículos 102 y 103 de la Ley Federal de Salud, que prevén la posibilidad de que médicos y pacientes accedan a medicamentos, dispositivos y tratamientos experimentales, con la sola autorización expresa de los parientes del paciente o el médico.
Ingeniero industrial en sistemas, empresario en el giro de comunicación y encuestas y sistemas de ventilación del sector automotriz, el vocero de Resistencia TMX destaca que este grupo de trabajo cuenta con más de 30 participantes: ingenieros en mecatronica, electrónica y procesos, médicos y voluntarios que desde ahora buscan fondos para sacar adelante este proyecto.
Destacan, entre otros, Ramsés Galaz, doctorado en Biomedicina, quien ha producido dispositivos clase 2; Giovano Ciscomani del Centro de Innovacion y Prototipados (CIP); Dino Pardo, doctor en Ciencias; Víctor Villadén, enlace con empresas, y Katia Cota, coordinadora del voluntariado.
“Después de pasar esas pruebas in vivo, iremos ahora a la in vitro, en este caso con cerditos de la raza yorkshire de cierta cantidad de kilos, que se ponen con anestesia y se entuban con estos equipo, donde cada diez minutos se checan los niveles de CO2 para ver si está reaccionando de la manera correcta en la respiración”, describió.
A la pregunta de cómo podemos apoyar la construcción de los respiradores mexicanos, Sergio Zaragoza contó que, por ahora, cada uno de los integrantes de Resistencia TMX aporta su talento y financiamiento.
Pero que una vez que se entre en la fase de la producción masiva, sumarán el respaldo de la iniciativa privada y de la sociedad en general .
Se espera que CIP pueda generar 100 dispositivos a la semana, con un costo por unidad de entre mil 500 y 2 mil dólares, un monto que deberá recaudarse.
“Necesitamos que la Secretaría de Economía ponga de su parte. Hemos buscado al subsecretario para revisar la parte de listados de proveedores y productores. Pero andan muy ocupados en otras cosas y en esto no están poniendo atención. Ojalá volteen para acá”, declaró el portavoz de Resistencia TMX.
Todos debemos sumarnos, concluyó Sergio Zaragoza, para librar esta batalla, la de la última frontera, en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales, con los pacientes que estén mas graves.