LA PERSONAS están regresando a las calles de la capital, muchas con cubre bocas, pero si tomar en cuenta la sana distancia que se exige como medida básica, en esta emergencia nacional de salud.
Las filas en los bancos es de cuadras; en la calle Libertad abrieron varios negocios, los ambulantes y semifijos regresaron a la calle Cuarta, a los mercados de lo que se conoce como El Hoyo y ahora largas filas hasta en algunos expendios de vinos y licores.
La capital amaneció ayer con 155 contagios, cien más que la semana pasada y el número de defunciones se ubica en 14 y, aunque los números no son extremos, si continuamos en los calles se pueden triplicar en una semana.
La Secretaría de estatal de Salud, estima que en los próximos 15 días, si el comportamiento social es el adecuado, El Estado de Chihuahua podría llegar a la punta de la Pandemia, para que ahora se de paso a la disminución de los contagios y muertes, aunque Ciudad Juárez apunta a colocarse en foco de la infección, con 400 infectados y con la estadística hacia en donde se podría color en mil en 10 días.
Por lo tanto, depende en este momento más de los ciudadanos que de los gobiernos, que esta emergencia no salga de control en la entidad, en donde lo más importantes es quedarse en casa.
LA AUTORIDAD federal está considerando que si no llegamos al tope de cara al 21 de mayo, la cuarentena se puede extender hasta el mes de junio, aunque tal vez, regionalizada, lo que no es la mejor idea, pues quienes tienen las posibilidades y están en rojo, migrarían a zonas amarillas o blancas, trasladando de nuevo el Coronavirus.
Decíamos que todo depende del propio ciudadano, mientras que en la CDMX y Estado de México, la ocupación hospitalaria está llegando a sus límites, y muy pronto, en unos días puede entrar a protocolo de guerra, lo que significa que ante el colapso hospitalario alguien va a decidir quién vive y quién muere.
No es ni alarmismo ni fatalismo, pero recuerde que este tipo de protocolo ya se aplicó en Italia y Francia en donde ya sabe que priorizaron a los más fuertes. Cruel pero así es la verdad.
Para nosotros, en Chihuahua, esperemos que eso pase como una película de ficción y que no se vaya a convertir en realidad.
POR CIERTO que en la capital se analiza imponer una especia de toque de queda o estado de sitio, en donde a partir de las 20:00 horas todo mundo esté en casa, salvó quien no está realizando actividades esenciales.
Eso implicaría desde luego el uso de la fuerza pública y conllevaría una sanción económica y hasta cárcel, más o menos similar a los criterios que se utilizan para sancionar fiestas particulares escandalosas.
El fin de semana pasado se denunciaron 545 reuniones de este tipo, es decir, después de las sanciones anunciadas de hasta 10 mil 400 y cárcel por tres días, el número disminuyó en una 100.
Esperemos que no se lleguen a esos extremos, pues la paciencia social es muy corta, sobre todo de quienes si están en confinamiento voluntario y constatan que miles de capitalinos, no están poniendo de su parte.
LA BUENA de las malas es que en una semana las empresas cerveceras empezarán a producir el “vital” líquido, dentro de ocho días y el abasto será total, por lo tanto los precios se normalizarán, y la venta clandestina dejará de ser un extraordinario negocio.
Qué hicieron o cómo le hicieron las plantas productoras para reiniciar, no lo sabemos, lo que sí es una hecho comprobado es que la falta de de este producto puede desencadenar una revuelta social, que aunque parezca exagerado es una posibilidad.
Confinar a un pueblo no es cosa fácil, por la conducta inherente y condición humana de moverse en tribus, entre amigos, en convivencia, comunicación y socializar.
Por el contrario cuando no está obsequiadas estas las condiciones, más la bebidas socializadoras, la reacción viene natural, ahora con la inmediatez y capacidad de convocatoria de las redes sociales, la cosa se puede poner más fea que el Virus Corona.