EN CUANTO más avanza la Pandemia y por más semáforos en rojo que se coloquen, para que permanezcan en confinamiento, la realidad demuestra que a 70 días de la cuarentena, la gente cada día está en mayor número en las calles.
Y es que no es lo mismo tener un cheque quincenal seguro y generoso a no tener ingresos, ni un cinco para lo mínimo, los que se entiende, amén de que ya se presenta un hartazgo social por el encierro.
Agréguele la confusión que generan las medidas ordenadas desde el gobierno federal y las que ordena el Estado; no hay uniformidad, ni coordinación y unidad que puedan generar una batalla integral el contra de la propagación de los contagios y sus efectos.
Por ahora el ejemplo o anti ejemplo, como usted lo quiera considerar, es el del presidente Andrés Manuel López Obrador, que durante una semana estará en gira por cinco estados del sureste del país, bajo la premisa de qué nada pasa. Tiene razón por lo menos nada bueno pasa.
Entonces qué, sí o no, es la pregunta de millones de mexicanos. Por una parte el semáforo rojo impide salir, pero sólo es aplicado a empresas, escuelas y ciudadanos comunes, mientras el Presidente anda de gira.
Cuando en contra parte, por ejemplo, se anuncia que los adultos mayores podrán salir hasta que el semáforo esté de color verde, si es que ocurre, si es que llegamos.
Regresar a las calles, sólo va a agravar la Pandemia y generará, incluso no sólo su propagación, sino rebrotes del virus Corona. Eso medio se entiende, pero no se previene.
QUE el Presidente espere una quincena o dos en casa, no afecta a nada al el país, pues en su primera gira en Pandemia, es como las 30 ó 40 que antes realizó, no lleva las inversiones, obras, las soluciones a problemas, es más ni siquiera los anuncios de buena voluntad, como ha sucedido en las cinco visitas a Chihuahua, en donde todos nos preguntamos -en su momento- a qué vino el Presidente.
Lo más probable en esta gira, la es urgencia de recuperar su popularidad y aprobación ciudadana, cuando la encuestas lo traen muy reprobado, en lo temas de salud, de inseguridad, empleo, desarrollo económico, de acuerdo con la encuesta de Massive Caller del mes de mayo y la del periódico El Financiero publicada ayer.
AMLO tiene un promedio de aprobación del 49 por ciento, al cumplir un año y medio de haber asumido las riendas del país, es decir, 18 meses cuando andaba en los cuernos de la luna.
EN CHIHUAHUA, estamos igual, en semáforo rojo, demasiados en las calles y la nueva orden del gobernador Javier Corral Jurado, en el sentido de que el cubre bocas es obligatorio, pues quedó como un llamado a misa en tiempos del Covid-19.
Lo que nos costa es que de cinco personas en las calles de la ciudad, tres lo utilizan y dos no, claro tomando en cuenta las zonas y los establecimientos que lo exigen para ingresar.
En el centro de la ciudad es donde parecería que no hay Pandemia ni nueva normalidad, el promedio se invierte, de cinco, sólo dos utilizan cubre bocas y el resto no.
Son las personas que están en las calles y lo hacen de manera masiva. Nadie sabe cómo le hará el Gobernador para que la instrucción se cumpla, cuando la raza en las calles está buscando como llevar 10 pesos a casa y no está pensando en comprar cubre bocas para él y su familia.
Los acuerdos o edictos, no se pueden salir como en el siglo antepasado de los escritorios y pegarse con engrudo en los postes de la plaza.
Hoy se presumen miles de millones para el tema pandémico, pero por ejemplo, no hay un sólo servidor público que este en las calles entregando cubre bocas.
En este sentido los gobiernos, todos han sido rebasados por la propia sociedad civil organizada, pero ciertamente no pueden sola.