Reforma fin del corralato -La resistencia panista -2024, ya no es opción -Como Duarte, a repartir millones

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SI LA REFORMA electoral corralista  no llega a buen puerto, atravesando por el Congreso del Estado, los ayuntamientos y las instancias federales, sería algo así como adelantar la caída de su imperio.

Esta intentona es la última oportunidad o señal de que el poder sigue concentrado en Palacio de Gobierno antes de florezcan los nuevos liderazgos de cara a las elecciones del 2021, cuyo proceso electoral en lo local se instala el próximo dos de octubre.

A Corral se le agota el tiempo, se le escapó como agua entre los dedos y tal vez le apostó, como en campaña, a cerrar con todo; nunca pensó en una emergencia sanitaria nacional o seguramente sigue sin pesar en ella.

Ese es el señalamiento mayúsculo aunque colateral, de los opositores a la reforma en el Congreso local; una reforma de tal envergadura que al final del camino, sin debate ni discusión vertical, con un tufo de imposición, difícilmente va a pasar. Es más, nació muerta, dirían los constitucionalistas.

El gobernador busca en el fondo controlar la elección, cerrar filas con lo que le queda del PAN para llevar a la gubernatura a su amigo y aliado Gustavo Madero Muñoz.

Sin embargo es el PAN en donde se ubica la principal resistencia, pues como dicen desde dentro, su partido tendría que reconocerse como una institución opaca, antidemocrática y cerrada a la participación ciudadana.  Variables que busca “romper” la reforma, de acuerdo con sus promotores.

En la amplitud de la reforma se puede inferir que todos los procesos o métodos actuales de elección de candidatos están caducos o que están corrompidos.

La vara general no puede medir a todos por igual, cuando no se trata de medir sino denostar, si todos los partidos son corruptos, entonces bienvenida la reforma, para que sea mesiánica, redentora, para que por lo menos se diga como se dice en el centro, antes todo estaba podrido  ahora avanzamos levitando sin pantanos ni podredumbres.

La reforma de Corral tiene dos sentidos de fondo: Insistir también como última posibilidad de trascender en lo nacional para en el 2024 buscar la candidatura a la Presidencia de la República, ni siquiera hay que decirlo, lo que lleva del quinquenio lo ha dedicado a su promoción en el centro y a perseguir a César Duarte.

Y dos: buscar controlar la elección próxima, en donde salvo que ocurra otra cosa, el corralato está perdido, incluso está en riesgo otros liderazgos del PAN de cara a la gubernatura.

Reborujar las cartas del juego, busca desorientar, entrometerse a casa (de todos los partidos) y a río revuelto manipular la elección con base a un ejército en nómina y padrones electorales inflados.

Meterle cinco ó 10 millones de pesos a una elección en realidad es nada, si se puede imponer un candidato y gobernador a modo. Más se ha gastado en cosas que son intrascendentes que por cierto no garantizan tranquilidades futuras y menos brindan la post gubernatura.

YA ES COSA de sólo hacer números para suponer que la reforma política-electoral promovida por el gobernador, Javier Corral Jurado, pende de un alfiler, y los diputados de oposición lo van a desprender una vez que el documento llegue al Congreso estatal.

Ayer se formalizó el frente opositor integrado por los coordinadores de las fracciones de los partidos Morena, PRI, Verde Ecologista y del Trabajo.

No se han manifestado en ningún sentido por parte de los legisladores del Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano y los que llegaron por Encuentro Social, cuya suma en votos parlamentarios llega a cinco.

Desde el luego el PAN va a favor de la reforma con sus 11 diputados, si es que alguno de ellos, sobre todo los que son proclives a la alcaldesa de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván

Según el frente, si es que no desmoronan o los convencen de último momento con alguna dádiva de varios ceros, no ha posibilidades de que la reforma pase pues se requiere de mayoría calificada, es decir, 22 votos.

La suma del PAN si es que van a los once, más los cinco indecisos si logran sumarlos sería 16, mientras que el frente opositor representan 17.

Dicho de otra manera no hay forma de que se apruebe la reforma.

Los coordinadores de las fracciones parlamentarias que se han juramentado son Rosa Isela Gaytán del PRI; Miguel Ángel Colunga de Morena; Rubén Aguilar del PT y Verde Ecologista, Alejandro Gloria.

El argumento eje del Frente es la no intervención de Ejecutivo en los partidos, la inconstitucionalidad de la Reforma, y las condiciones de de la pandemia y economía que se viven en el Estado, mientras se intenta hacer tres elecciones que suponen recursos por mil 120 millones de pesos.