NO CABE duda que desde el centro del país, desde las mañaneras, siempre se buscó crear la percepción que el conflicto por el agua de Chihuahua era político y el objetivo se logró.
Y vaya que ahora sí ha convertido en un conflicto político, pero entre el gobierno federal y estatal, quienes con fuertes calificativos, se culpan mutuamente, colocan el tema central del saqueo del agua y a los productores en un segundo plano.
El presidente López Obrador, saca a sus funcionarios y legisladores morenistas por Chihuahua, por cierto, estos últimos todos desconocidos, para echar la caballada contra el Corral, culpándolo hasta de ser el agitador número en el tema del agua, en busca de su vigencia política, como diría el súper delegado del bienestar, Juan Carlos Loera de la Rosa.
La respuesta fue inmediata, el gobernador lo califica (a Loera) como traidor, vergonzoso y rastrero; desde luego apunta el dedo hacia el Presidente, en esa estrategia de confundir, dividir y culpar al Gobierno del Estado, de la extracción de agua de los productores chihuahuenses y el cobarde crimen en contra de Yéssica Silva, por parte de la Guardia Nacional.
Ese es el nivel del diálogo en esta nueva normalidad de las presas de Chihuahua, entre Corral y López Obrador.
A realidad es que la lucha por el agua es auténtica, que la Federación saqueó las presas; que no hay agua suficiente para el próximo ciclo agrícola; pero también el asesinato de Yéssica, lo demás ciertamente son poliquerías, con las que se pretende desviar la atención de lo que realmente vale la pena, el agua y los productores.
POR CIERTO de manera paralela se anunció que la Procuraduría Federal de Justicia, atrajo el caso del asesinato de Yéssica, lo que no son buenas noticias ni para la familia ni para los chihuahuense en busca de que realmente se haga justicia.
El sentimiento de los agricultores, es que el hecho de que el caso se vaya al centro del país, poco o nada se va a avanzar y que los culpables, seguramente serán enviados a otra plaza y hasta ahí.
No habrá acceso a las carpetas de investigación, ni informes de avances, declaraciones y etc, etc, como de hecho tampoco las hubo cuando estaba el caso estaba en la Fiscalía General del Estado, pese a que permaneció en lo local por lo menos 15 días.
Lo bueno de lo malo es que el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, reconoció que la autoría en el asesinato de la campesina, fue la Guardia Nacional.
Lo extraño es que ahora se diga que se trata de un accidente, pues el convoy de la Guardia Nacional, “fue interrumpido por cuatro vehículos y luego se escucharon disparos, y de allí se suscitó el accidente”.
Sin embargo las fotos y videos, no muestran el vehículo de la pareja baleada formada por Jaime y Yéssica entre, atrás, al frente a los lados del convoy militar.
Estaban a un lado de una gasolinera y dicho por Jaime quien se encuentra hospitalizado, los venían siguiendo y fueron dos unidades militares, no un convoy.
En fin, la Fiscalía estatal, debía dar a conocer lo que realmente sucedió, pues las versiones desde el centro, como ha ocurrido en los dos últimos años, tienen otros datos.
POR cierto en temas de la políticas, que si es política y electoral, aspirante de Morena, Rafael Espino de la Peña, ha empatado y superado en algunas variables al senador Cruz Pérez Cuéllar, quien todavía el mes pasado punteaba la encuesta.
El levantamiento de la semana pasada de la encuestadora Demoscopia Digital, en una medición entre ambos, en la variable Conocimiento le concede un 51.22 por ciento a Cruz Pérez Cuéllar y un 51,38 a Rafael Espino.
En Confianza el senador alcanza un 33.88 por ciento y el Espino de la Peña un 35.25 en puntos porcentuales.
Finalmente en la medición de Aceptación, Pérez Cuéllar tiene un 23,75 por ciento contra un 24-22 de Rafael Espino.
La encuesta se realizó en la primera quincena del presente mes, bajo el concepto de encuesta virtual-digital con una muestra de un mil 302 ciudadanos, hombres y mujeres mayores de edad.
Quienes le saben al tema explican que este digamos empate técnicos, puede tener dos razones. La primera por la movilidad que en los últimos meses ha realizado Rafael Espino en varios municipios de la entidad con amarres con sectores de la sociedad, su postura a favor de los agricultores de la zona centro sur en defensa del agua y el trabajo interno hacia el interior de su partido.
Mientras Cruz Pérez Cuéllar, por alguna razón le ha bajado de decibeles y no puede realizar trabajo al interior de Morena, por las razones que ya todos conocemos.
