ESTE FIN de semana, cierran los registros de quienes podrán ir a la precampaña por la gubernatura del Estado en enero, desde luego de los de los partidos, que tienen mayores posibilidades de alcanzarla.
El viernes se registraron por el PRD, Pavel Aguilar Raynal y por el PAN el senador con licencia, Gustavo Madero Muñoz.
El domingo se registra la alcaldesa de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, con la posibilidad de que también haga lo propio, Carlos Borruel Baquera y Mario Mata Carrasco, todos con la marca PAN.
Antes, por Morena se realizaron ocho registros y este partido podría estar en posibilidades de dar a conocer a su precandidato en este mismo fin de semana o en los primeros días de la que sigue.
El PRI haría su registro la semana entrante, mientras que el ex alcalde independiente con licencia de Parral, Alfredo Lozoya Santillán, lo estaría haciendo el día 19 por Movimiento Ciudadano, Él no tiene competencia.
Del resto de los partidos, los pequeños, no han señalado fechas y mucho menos candidatos, por lo que, seguramente la mayoría de ellos estarán en alianzas principalmente con el PAN y Morena.
TODO parece indicar que el Partido Revolucionario Institucional se decantará por una candidatura femenina para el Estado de Chihuahua, lo que deja fuera en automático a cinco varones, incluyendo al propio dirigente estatal Omar Bazán Flores, quien prácticamente estaba “amarrado” con la candidatura vía la elección por delegados, así la construyó durante meses.
El propio Bazán reconoce esa posibilidad, la que se supone sería la única, para no ser el candidato, por el nuevo lineamiento del Instituto Nacional de Elecciones que obliga a que siete candidaturas a las 15 gubernaturas que se disputan en el 2021, sean para mujeres.
El lineamiento está impugnado por PAN y por algunos senadores ante el Tribunal Federal Electoral, bajo el argumento de ser una posición unilateral que no obliga en la Constitución, sin embargo, el órgano no ha deliberado al respecto en ningún sentido.
De continuar como ahora, la dirigencia nacional del PRI, podría buscar una mujer como candidata para favorecer en otras entidades a varones que tengan mayores posibilidades de obtener el triunfo.
Claro que no se descarta que en Chihuahua el PRI pueda llegar a la gubernatura, sin embargo, no deja ser una realidad que su posición electoral, ahora se ubica en el tercer sitio en preferencias, pero en porcentajes muy por abajo del Partido Acción Nacional y de Morena.
Si viene una candidatura femenina en el PRI, han surgido los nombre de la ex senadora Graciela Ortiz González, la ex diputada Adriana Fuentes Téllez y la ex secretaría de gobierno Martha Lara Alatorre y desde luego quien se pueda sumar en los próximos días.
SEGURAMENTE son cosas de la política opaca, cuando el ex súper delegado del Bienestar en Chihuahua, Juan Carlos Loera de la Rosa, explica los cientos de espectaculares que se colocaron previo a la para la presentación de su libro el pasado 14 de noviembre, son responsabilidad y a cuenta de la casa editora del documento.
Buena salida pero no creíble, pues de ser cierto sería una triangulación de recursos como ahora se hace con entrevistas con revistas o hasta medios digitales y se mandan colgar a los unipolares, bajo el pretexto de que el medio de comunicación es el que se está promoviendo y no el o los aspirantes.
Una práctica que ciertamente no es ilegal pero que su rebasa la ética, mientras que el órgano electoral se hace que no ve; de plano no quiere ver o no tienen las herramientas legales para impedirlo.
Increíble además, el dicho del aspirante morenista cuando asegura que el febrero pasado, firmó un convenio con la recién creada editorial Doxa y que a cambio de las regalías sobre la obra harían la edición, diseño, impresión y publicidad, lo que cuesta por cierto varios millones de pesos.
Vaya la generosidad de Doxa, que le apuesta a los nóveles escritores y les destina millones a cambio de regalías, que tal vez, serán inexistentes porque ahora el libro circula de forma gratuita y para que se vendan miles, estás más que en chino, pues dicho con todo respeto y cuidando proporciones, no se trata de una obra de Octavio Paz, ni del gran Gabo a ellos sí y a otros, cualquier editorial le daría un cheque en blanco.