BUENO, difícil de entender lo que quiso o no decir el senador Cruz Pérez Cuéllar, concretamente en si va a impugnar o no, la elección de Juan Carlos Loera de la Rosa a la precandidatura para la gubernatura de Chihuahua.
Ayer dio un mensaje a través de FaceBook; el senador dijo que la forma de elección, es decir, la famosa encuesta fue fraudulenta, cuchareada y que representa un insulto, una falta de respeto a su dignidad, a la su familia y a sus simpatizantes.
Reiteró que en todas las encuestas que se conocieron en Chihuahua, siempre estuvo en el número uno por Morena e incluso con relación al PAN y el resto de los partidos.
De nueva cuenta por lo tanto deja abierta la posibilidad de impugnar de manera oficial, pero nunca dijo que lo va a hacer, por lo que las cosas quedan tal como lo expresó el día de elección, sólo en posibilidad y en espera de que los interesados se manifiesten en algún sentido.
Hemos señalado que en principio, será una decisión del propio legislador pese a los resultados que arroje su consulta. El problema es que, las cosas en el tribunal no serán fácil, pues es ir en contra de una decisión presidencial y luego y tal vez, en consecuencia podría ser desaforado y por lo tanto la posibilidad de ser encarcelado.
FINALMENTE la designación en Morena no fue tan tersa como se quiso dejar ver en la transmisión en vivo, el anuncio de que Loera de la Rosa, sería el precandidato a la gubernatura por Chihuahua.
Sólo se conoció que el senador y aspirante, Cruz Pérez Cuéllar, había abandonada la sede; se negó a levantarle la mano al designado, para después afirmar que la encuesta fue cuchareada.
Durante el anunció la diputada federal, Carmen Almeida gritó (SIC) en varias ocasiones que con Juan Carlos Loera, Morena fracasaría electoralmente y desde luego que, sólo con ella se alcanzaría el triunfo.
Rafael Espino de la Peña, disciplinado y emocionalmente centrado como es aceptó el resultado, paro después manifestaría el desaseo y las deslealtades de varios en la escala vertical.
El alcalde independiente de Ciudad Juárez, Armando Cabada Alvídrez, como se dice en el argot de los barrios, aguantó bara, en busca de una diputación federal.
Lo raro es que ahora (ayer), Cabada se deslindo de Morena, y señala que no quiere nada con este partido; por ahora no se conoce qué va a pasar con el futuro político en lo electoral del alcalde, en donde lo más claro es se le quitó lo moreno, salvó que quien lo encuerdó, o sea, el ahora (pre) candidato, lo recupere. Lo que parece no va a suceder, pues es origen de la traición, por lo menos eso es lo que dicen.
DICEN con la designación de Juan Carlos Loera de la Rosa, como precandidato de Morena a la Gubernatura el más sorprendido y feliz, fue el gobernador del estado Javier Corral Jurado, a quien por lo pronto la dirigencia nacional de Morena, le ha hecho a un lado a su principal enemigo, en lo personal y en lo político.
No hay que olvidar que de ser los mejores amigos, los inseparables tenían una relación tan cercana que llegaron al compadrazgo, pero desde hace por lo menos una docena de años, se distanciaron a grado tal de llegar a fuertes acusaciones amenazas, y ahora el gobernador lo quiere en la cárcel a través de una orden de aprehensión.
Por lo pronto y seguramente sin desearlo Morena, le cumple el primer objetivo de desbarranque a Corral por lo que ahora sólo la alcaldesa de la capital, María Eugenia Campos, en esa búsqueda de dejar a un candidato y en su caso gobernador.
El gobernador sabe que si no coloca sucesor a modo, tendría alguna posibilidad de negociación con Loera, no así con la alcaldesa y mucho menos con el senador Pérez Cuéllar.