BUENO el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, fue muy claro y directo en su reclamo al senador del mismo partido, Cruz Pérez Cuéllar, cuando le dice que: Sólo reconoce las encuestas que le favorecen.
Desde luego trae el presente el hecho de que Pérez Cuéllar llegó a la senaduría fue gracias a que resultó ser ganador de una encuesta que aplicó Morena en Chihuahua, pese a que a que no era morenista, bueno aún no milita.
Ahora el mensaje recetado por Delgado es que “aguante vara”, acepte el resultado, retire la impugnación y ya de pasadita, que reconozca el triunfo y levante la mano de Juan Carlos Loera de la Rosa.
Mientras eso sucede, el senador Pérez Cuéllar está en espera del pronunciamiento final del Tribunal Estatal Electoral y en caso de que resulte negativo en recurso de impugnación, acudirá a la sala superior en la materia, es decir, al Tribunal Federal que para la circunscripción de Chihuahua se ubica en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
El quit del asunto es que ciertamente el senador, en todas las encuestas, las propias y extrañas siempre apareció por arriba de cualquiera de los ocho aspirantes por Morena, también es verdad que el partido no ha mostrado las famosas encuestas, la metodología, es más ni siquiera el nombre de o las casas encuestadoras.
Circunstancia que de manera natural causa sospechosismo y más en los propios aspirantes, quien tuvieron que apechugar, claro con excepción de senador.
MIENTRAS que se decide la ex senadora Graciela Ortiz González, si será la abanderada a la gubernatura por el PRI, otros nombres de mujeres han surgido o son colocadas en la aspiración.
En este sentido la lideresa de la CNC, Guadalupe Rodríguez González, presentó su intención de buscar la designación priísta y la ex diputada federal Kenny Arroyo.
Se bajo de la aspiración a la gubernatura la diputada Rosy Isela Gaytán, quien se supone, mínimo tendría amarrada la candidatura a la alcaldía, pero con Omar Bazán al frente del partido.
Ortiz González por lo menos ha mostrado mesura, y no ha salido a medios ni siquiera a manifestar su aspiración. No se sabe a qué se debe cuando en este momento tiene todas las condiciones a su favor.
No se puede dejar de lado que, a pregunta expresa, declaró hace meses que el diciembre tomaría su definición; ya pasamos la primera semana de enero y por ahora nada.
La prudencia parecería que también invadió a la otra ex senadora priísta, la juarense Lilia Merodio Reza, quien siempre ha querido la candidatura (y otras) y ahora permanece en mutis total.
POR CIERTO que desde la frontera nos dicen que operadores de la senadora Ortiz González, estuvieron con el dos veces ex alcalde juarense, Héctor Murguía Lardizábal, para pedirle que no abandone el PRI.
Es sabido que Murguía, El Teto, tiene más de un pie arriba del partido Redes Sociales Progresitas para buscar la gubernatura y que ya hubo por lo menos un primer diálogo sobre el tema, con la maestra Elba Esther Gordillo, propietaria de la marca.
Desde la casa de La Dale, saben que El Teto es una muy buena opción para la candidatura del PRI, pero resulta que por paridad de género, la dirigencia nacional definió que por Chihuahua vaya una mujer, salvó que le den reversa y sacrifiquen otro Estado, lo que tampoco sería descabellado.
Si no es así, entonces qué es lo que negocian con Murguía Lardizábal, cuando ya fue dos veces alcalde y perdió la tercera intentona, cuando ya fue diputado y senador.
Y lo peor del caso, cuando lo han dejado en la deriva en dos ocasiones con la prometida candidatura del PRI a la gubernatura y por si fuera poco, en este tercer intento el dirigente nacional Alejandro Cárdenas le juró casi con biblia en mano que él sería el abanderado.
Cosas de la política, más en esas que en lo electoral, se convierten en promesas de campaña de las que no se cumplen y luego le echan la culpa al corazón.
Veremos que sucede con El Teto; ahora se convierte en factor. Las cosas van a dar un giro de pronóstico reservado.