El dirigente de la Asociación de Bares de Ciudad Juárez, Pablo Ramírez, dijo que no hay piso parejo para bares y cantinas, mientras que ahora los restaurantes, mucho de ellos asumen este giro y venden enormes cantidades de alcohol y unos totopos disfrazados de alimentos.
Explicó que se han dado casos, donde llega personal de Gobernación y no les clausuren, a pesar de que su giro no es el de vender comida.
Guadalupe Rodríguez señaló que en la frontera hay 200 bares cerrados, lo que afecta a dos mil mujeres que trabajan directamente en los establecimientos o que dependen de ellos para realizar su actividad como trabajadoras sexuales.
Asimismo, dijo que ya es insostenible que sigan pagando renta y servicios en algunos negocios después de un año de no operar.