DE PLANO el Secretario de Hacienda estatal, Arturo Fuentes Vélez, se ha convertido en el escapista número uno del gabinete estatal. Ya casi se la gana a Houdini.
En dos ocasiones se ha escabullido, al equipo de recepción de la gobernadora electa María Eugenia Campos Galván; ayer se las hizo a los diputados de la Comisión Permanente del Congreso local.
El secretario fue llamado por el Congreso de Estado, para que explique la deuda total de la administración, es decir, la suma de todos los adeudos cuyo cálculo podría ubicarse cerca de los 70 mil millones de pesos.
Y es que se trata de cálculos, porque no hay datos oficiales y cuando se ofrecen como en la mañana de ayer lo hizo Fuentes Vélez su equipo en redes sociales, en donde por cierto, sólo dan los montos a conveniencia, sin ninguna posibilidad de de preguntar o cuestionar, el manejo, en realidad es un monólogo dictatorial.
Se habló de una deuda del orden de los 48 mil millones, la que se ubica como la bancaria, más no se informó sobre el adeudo a proveedores a instituciones y fideicomisos.
Tampoco el hueco de los 8 millones 144 de pesos que les tiene observado la Federación, el otro milloncito y fracción que el Dif Estatal y el Ichife no han pagado, del adelanto que les entregó Hacienda Federal y por no regresarse en mayo ya causó intereses.
Cuando fue localizado Fuentes Vélez para saber, el inconveniente para no comparecer en el Congreso, la respuesta en mensajito de texto fue que nunca había hecho el compromiso.
En ese nivel anda la soberbia gubernamental, muy lejos de aquellos inspirados poemas de Corral sobre transparencia, gobierno abierto y rendición de cuentas. Eran como el árbol hueco y sin vida.
YA SURGIÓ otra tribu en Morena en busca de la dirigencia estatal y casi como en cuento de Rulfo, machete en mano, buscan decapitar a Martín Chaparro, es decir, quieren su cabeza, que ya deje la presidencia.
El grupo es encabezado por la juarense Karen Mora, aunque todo mundo sabe que detrás, está el alcalde electo, Cruz Pérez Cuéllar. De hecho la activista fue una de las mejores operadoras en la campaña del aún senador.
Este grupo que se hacen llamar “Los no escuchados”, no solamente buscan llegar a la dirigencia, sino la destitución o renuncia, que al final es lo mismo de Chaparro ante el fracaso electoral.
Argumentan que la dirigencia debe ser juarita, por dos razones. Uno porque se ganó el municipio más importante en el Estado y por razón género, pues dicen que la próxima presidencia le corresponde a una mujer.
Al final del día la aspirante está en su derecho; en realidad sólo es una suma en la lista de quienes buscan el flamante despacho del profe Chaparro. Lo que no conceptualizan, es que ya saben quién, es el que decide.
Ahí anda el diputado Miguel Ángel Colunga, el funcionario del Bienestar, Omar Holguín, el ex candidato a gobernador, Juan Carlos Loera de la Rosa y hasta Fernando Tiscareño. Puritito perdedor.
LA JUNTA Municipal de Agua en la capital, se ha convertido en blanco de quejas, no sólo por lo escasez de vital líquido entubado (benditas lluvias) y el exagerado aumento de un 400 por ciento de las tarifas de agua.
El malestar más reciente, viene de un grupo de adultos mayores que intentaron regresar y que se les regresará el dinero, por lo defectuosos tinacos que les vendió la descentralizada y que no aguantaron ni muy mes.
Resulta que una vez instalados literalmente se reventaron, explicado de otra manera no soportaron las temperaturas de Chihuahua ni la presión contenida del agua.
Los afectados se presentaron a la dependencia en donde sólo les dieron las “gracias por participar”, bajo la argucia de que el programa de tinacos en abonos y pagos vía recibo, había concluido y ya nada sabe nada.
No hubo garantía ni de la JMAS ni de la empresa; es más, ni siquiera informan quién fue el proveedor, el costo real de los tinacos chafas. Eso sí cada mes los supuestos beneficiaron pagaron hasta el último centavo la venta de los almacenadores de agua.
De quién fue el negociazo millonario de los tinacos en donde los interesados pagaron mil 500 pesos por cada uno en números cerrado. Pues es cosa de indagar.
Como es posible que se venda un producto sin certificado de calidad, sin garantía y sin marca registrada. Eso huele mal como a agua en caño.
A ver si el Pony Lara no metió la pezuña; ya se sabe que presuntamente las cosas se le dan.