AYER QUEDO más claro que nunca que en Chihuahua no existe cultura para la protección civil ante las eventualidades climáticas, pero lo más grave es que, desde el gobierno (estatal) no le sabe al tema o no les interesa.
La tromba o tormenta del jueves desnudo la desprotección civil que se vive en la capital, de hecho en todo el estado, días antes ocurrió en Parral, Cuauhtémoc, Ciudad Juárez, Camargo, Bocoyna, Guadalupe y Calvo y Guachochi.
La titular de Protección Civil, Alma Gómez Licón, o no se enteró de lo que estaba ocurriendo pese a las 113 llamados de auxilio, o de plano no supo qué hacer, prefirió zampar la cabeza en la tierra cual avestruz nerviosa.
Seguramente por los medios de comunicación y desde la comodidad del Internet, se enteró que la tormenta se llevó a dos chihuahuenses, un par de muertes que se pudieron evitar.
No hubo aviso preventivo, alerta de tormenta y menos reacción ante lo ocurrido. El estado desde la coordinadora hasta le gobernador, estaban en el festín después de la reunión de con Organizaciones de la Sociedad Civil convocada por el DIF estatal.
Prefirieron dejarle la carga del fenómeno meteorológico al Municipio, en donde de nuevo hay que reconocer el valor de los heroicos bomberos y decenas de Policías Municipales, quienes se convirtieron en rescatistas. El Estado de nuevo fue omiso; es costumbre.
La omisión en el deber ser se paga, de hecho es corrupción, esa que tanto presume el combatiente Corral , pero que no aplica a los suyos, como ocurre en la Coordinadora de Protección Civil, una posición política, totalmente burocratizada y en pago de factura.
Hoy son lluvias, antes sequía extrema y vientos huracanados, más las temperaturas gélidas. A nada le ha entrado la señora Gómez Licón, bueno tampoco el gobernador.
Es cierto que ya se van, o como dice la canción mejor se hubieran ido. La incapacidad no puede seguir cobrando vidas a Chihuahua.
EN PRÓXIMO fin de semana, el alcalde electo, Marco Antonio Bonilla Mendoza, dará a conocer al gabinete que lo acompañará los próximos tres años, por lo pronto.
Bonilla ya tiene a sus docena de directores sobre todo de las áreas estratégicas, pero por lo mínima cortesía política, debe de tener el visto bueno de la gobernadora electa, quien para algunas posiciones, propondrá, opinará y/o recomendará.
Nada raro en el mundo de la política y el ejercicio gubernamental; es mejor que de una vez haya sincronía política y no aparezcan las diferencias como el pasó al alcalde Armando Cabada de Ciudad Juárez y a la propia Maru en la capital con Corral en el inicio de las administraciones, las municipales y la estatal hace cinco años.
Por ahora quienes se supone tienen palomita doble son, Santiago de la Peña Jr. para la Secretaría del Ayuntamiento, ( ya lo fue en el trienio de Javier Garfio Pacheco), y la actual tesorera Amanda Córdova Chávez, quien repetiría en la misma posición.