PARECERÍA que eso de vivir de prestado se ha convertido en un imperdonable ritual maléfico para las administraciones estatales, por lo menos en los últimos 17 años.
El gobernador José Reyes Baeza se endeudó en su ejercicio con 12 mil millones de pesos; César Duarte 38 mil millones y el quinquenio de Corral concluyó con una deuda de 74 mil millones de pesos, o sea, 24 mil millones que estarán a su cuenta.
Desde luego que es una suma simple, y no se deja de lado que Corral cargo con la deuda e intereses de Duarte y la actual gobernadora, María Eugenia Campos Galván, llegó con deuda sumada más intereses de ambos exgobernantes, con el agregado de la deuda de Corral a proveedores se convirtió en un récord histórico.
Con 74 mil millones de pesos de adeudo, la gobernadora arrancó la administración y fue por un crédito urgente de 800 millones de pesos, para pagar la primera quincena y abonar a los proveedores, los que en lo cotidiano prestan servicios o venden productos a la administración estatal.
Unos 15 después, recurrió a otro crédito, por mil millones de pesos, cuyo destino fue similar al anterior.
Y ahora ya está en aprobación técnica por parte de la Secretaría de Finanzas, una nueva solicitud de deuda, que ahora alcanzaría los tres mil 800 millones de pesos, con lo que se cubriría el último trimestre del año.
El uso seguramente será el mismo, nómina más aguinaldos, pago a algunos proveedores, compras urgentes de medicamentos, equipamiento para la Fiscalía, policía estatal y Vial y hasta para los combustibles.
Si bien le va a la administración estatal, saldría con ese recurso lo que resta del año. Sin embargo, el pretendido nuevo crédito tendrá que pasar por el Congreso del Estado, por el monto del mismo.
Seguramente habrá pataleo morenista, pero va a pasar, debido a que se quiera no, aunque el crédito va con cargo a la nueva gobernadora, la deuda e inviabilidad financiera vienen de los exgobernadores Duarte y Corral.
Le serán entonces anotados a Maru Campos, en un cartoncito como en tiendita de barrio sus primeros cinco mil 600 millones de deuda.
Por desgracia vendrán otros miles de millones de pesos adquiridos por esta vía, sobre todo si no se pone orden inmediato de toda la casa.
Hoy se cumple una mes de nueva administración y ya andamos llegado a los ocho mil millones de pesos, muy cercano a los 17 mil pesos por cada chihuahuenses, sin importar la edad y hasta lo que los que nazcan en octubre, el mes de las bellas lunas.
SEGURAMENTE la cuesta de enero va ser en Chihuahua, más complicado en lo económico que en el resto del país.
Vendrá la infaltable cascada de aumentos de productos y servicios a los que, de una vez, hay que agregar el incremento al transporte urbano, aún definido, pero ya en análisis técnico en las oficinas del estrenado secretario de Desarrollo Urbano Gabriel Valdez.
El estira y afloja se ubica ahora en los dos pesos que quieren los concesionarios para las rutas que ahora se conocen como alimentadoras, las que pasarían de 9 a 11 pesos, si así se autoriza. Chihuahua empataría la tarifa más cara del país, la de Baja California y Sur.
Habría que ver si el servicio y las unidades lo valen… O de nuevo se presenta una decisión política como el viejo PRI o el reciente PAN.
En lo que se refiere a la ruta troncal, la famosa Bowí, pasaría de 7 a 9 pesos.
Sin embargo, se trata el escenario de los camioneros y que les queda de las concesiones de la ruta troncal.
Lo que se espera es que el gobierno estatal salomónicamente conceda un aumento de un pesito para las alimentadores y se auto conceda otro peso para el Bowi.
Un peso o dos de incremento a las tarifas del transporte público que aplicarían en todo el estado, sería un golpe a la economía más vulnerable.
Los concesionarios y sindicatos del transporte dan por dan por hecho que el incremento vendrá, luego de haber realizado activismo político-electoral en pro de la campaña de la ahora gobernadora Campos Galván.
Suponemos que llegó la hora para empezar a cobrar factura. En las próximas semanas se conocerá.
EN LA SECRETARÍA de Educación y Deporte dio cuenta de extrañamente 60 personas fueron liquidas en las última semana del gobierno del Corral.
Se trata de supuestos funcionarios públicos de los que no hay testimonio de asistencia y menos de trabajo. Así de simple.
Desde dentro del a Secretaría dicen que son desconocidos y que sólo asistían, siempre se presentaban como comisionados o asesores de la dependencia en algún municipio, de los más lejanos, por cierto.
La información que se conoce indica que los “servidores públicos”, de la opaca nómina, fueron notificados de que deberían tramitar la baja voluntaria para recibir una indemnización justa, como si hubiesen sido despedidos.
El pitazo, intentó cubrir otra de las nóminas secretas de Corral, ahora en Educación. Sólo falta que digan que son becarios de entre 12 y 20 mil pesos mensuales sanitizaban salones en escuelas de la sierra.
Lo que más cala es que este grupo de aviadores, ganaba más que cualquier maestro frente a grupo y sin haber pasado por la Normal.