UN DOMINGO EVOCATIVO DE NUESTRO VIEJO DELICIAS

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Por Carlos GALLEGOS PÉREZ

DELICIAS CHIH.- En el trienio de Chale Carrasco Chacón, Alcalde de Delicias 1977/80, don Samuel Guzmán, líder de la organización priísta de pequeños comerciantes, se movió políticamente en busca de terrenos aledaños a la población para crear un asentamiento humano en pro de sus agremiados.

La idea era establecer granjas para la cría de animales que enriquecieran la dieta diaria.
Cerdos para los chicharrones de cuero y pella, gallinas para los ricos caldos, chivos y chivos para la carne, vacas para la leche, cóconos para las navidades.

Don Samuel, que tenía un puesto afuera del Cine Río y después puso otro pegado al Lux, reunió a sus huestes y en bola se apersonaron en la Alcaldía, que aún lucía aquel hermoso vitral que luego se robaron del balcón central.

El presidente, que más que por su nombre entendía por el mote de Chale Carrasco, una vez enterado del asunto, de inmediato les dio el sí, pues quería ser diputado y no era cosa de desperdiciar ni un posible voto.

Todo sonrisa a través de su abultado mostacho, les dijo que desde el gobierno de Homero Chávez, el Municipio contaba con una reserva territorial de 20 hectáreas hacia la salida a Rosetilla y que en ella se radicaran.

De inmediato echaron medidas con la tecnología más moderna, esto es, con sogas y mojoneras, y trazaron lotes de 400 metros, los que fueron tazados a razón de 200 pesos metro.

A la hora de ponerle nombre, le hicieron caso al diputado federal Ernesto Villalobos, al que algunos confianzudos le decían la Muñeca, y a Chava Salais, al que había que dirigirse como señor Salais, pues era y es muy enojón y poco llevado, quienes propusieron que se llamara Aquiles Cerdán, en tributo al mártir revolucionario de Puebla de los Ángeles,de Zaragoza, de los camotes, de los chiles en ogada y ahora también de un gobernador muy feíto.

Es así que surgió la que hoy es una populosa colonia, sede del Lienzo Charro Luciano Carrillo, nombrado así en loa al charro aquel que había llegado de Coahuila arriando mulada desde San Pedro de las Colonias.

Traía el alma herida por el recuerdo de su hermano, también charro, quien había sido muerto de un balazo en el pecho al fallar una mangana.
Afición exigente la de allá.

En esta foto del Club Rotario, tomada desde la ventanilla de una avioneta fumigadora, vemos una panorámica de colonia y lienzo.

En la otra, del clan Valenzuela Arizpe, a la izquierda posa Manuel Gallegos Ferrales, referente de los cronistas deportivos, autor de la célebre frase de “foul mallero”.
Es flanqueado por Argelia Arizpe, la primera locutora con licencia del país, quien también era buena para acuñar adagios. ” “Arrepéchense”, decía ante micrófono cuando llegaban los aguaceros de mayo.

Pancho Valenzuela, su marido,con la corbata arriscada y el cigarro en la mano, mira atentamente el lente de la cámara.

No se le conocen proverbios, pues mantenía ocupada la boca tocando el sax y dando clases de música.

En la orilla, quién no que la Ráfaga PortIllo, histórico locutor que era una máquina para hablar, para bien hablar a través de las cabinas radiofónicas.

Un rayo frente al micro y fuera del aire, un personaje histórico del viejo Delicias.
Es hora buena para evocar datos, hechos y dichos de nuestra casa grande.
Recuerde: aprenda bien a lazar.