LA SECRETARIA de Bienestar Ariadna Montiel, estuvo ayer en Chihuahua, para sostener una reunión con la gobernadora María Eugenia Campos Galván, en donde participó también, el superdelegado de la misma institución, Juan Carlos Loera de la Rosa.
A decir de quienes presenciaron desde lejecitos el encuentro, narran que se trató de una reunión demasiada fría, protocolaría, algo así como si se trata de una visita de médico.
Es cierto que, la secretaria acude casi casi por orden presidencial, pero digamos que cumplió con los protocolos de una visita de forzada cortesía.
Para nadie es un secreto que, Montiel tiene una relación cercana con Loera de la Rosa, pero tampoco se desconoce que éste, no puede ver ni en pintura a la gobernadora.
Sólo hay que revisar los ataques de Juan Carlos en contra de Maru Campos durante la campaña en donde el primero, fue candidato al gobierno del Estado por parte de Morena.
Actuó dicen algunos analistas, como poseído por Javier Corral, en tiempos del corralato y la persecución descarnada en contra de la ahora Campos Galván.
Incluso, si hay dudas, sólo hay que leer las redes sociales digitales del superdelegado, para conocer sus posturas procorralista y antimaru. No hay duda que Juanca tragó pinole por aquello de la sierra y después de conocer que habita en El Paso TX, como su amigo El Javi.
La secretaria Montiel por su parte, se limitó a decir que se desarrollará una estrategia integrar para atender el abandono histórico de Sierra Tarahumara, que se continuará sembrado árboles y que vendrá recursos para Chihuahua.
El pequeño pero es que, parte de este abandono histórico ya le corresponden más de tres años al Gobierno Federal y que en lugar de destinar más recursos, estos cada día más se recortan y se concentran en el centro del país.
AYER FUE despedida, aunque luego se dijo que no, la directora de Atención Ciudadana, María Eugenia Baeza, a quien la gobernadora le dio cobijo, luego de que durante la campaña presentó su renuncia a la candidatura a favor de Maru, cuando fue postulada por el fraudulento partido de por Encuentro Social.
De hecho, fue la primera de los contendientes que renunciaron para unirse al proyecto de la ahora gobernadora, en aquel entonces candidata por Acción Nacional y por el Partido de la Revolución Democrática.
Baeza asumió esa posición días después de que Maru Campos tomó protesta. Ayer prácticamente fue desalojada de la oficina que utilizaba y ciertamente de fea manera, sin necesidad y sin cuidar las formas.
La nueva jefa de Atención Ciudadana, Tania Rojas, de plano se pasó de desatención en contra de ahora exfuncionaria.
El hecho que se gravó en video y trascendió en redes sociales, provocó incluso la intervención de la gobernadora, seguramente ante el atropello, para asegurar que no se trataba de un despido sino una reubicación, sin que se conozca aún el destino.
Entonces que necesidad de este tipo de humillaciones cuando la puerta trasera aunque no es tan amplia funciona igual para salir o ingresar.
NI HABLAR cuando no se quiere ver, simple y llanamente no se puede observar. El director del Trasporte del Gobierno del Estado, Ricardo Tuda, afirma que los camiones urbanos no pueden trasladar gente de pie.
El cambio de semáforo de Naranja a Amarillo, permite al transporte público de la capital (y del Estado), ocupen ahora, un aforo de 100 por ciento, pero todos sentaditos. Se asemeja a AMLO y la venta del avión presidencial…
No cabe que don Ricardo Tuda o no ve o no le informan, que en cualquier color de la pandemia, los camiones van literalmente como lata de sardina y con los pasillos llenos con pasaje de pie.
Debería por lo tanto conocer de lo que está hablando y no sólo ordenado. El transporte público siempre está saturando, sobre todo en las horas pico.
Debería darse una vuelta por las avenidas Niños, Héroes, Julián Carillo, Aldama y Ocampo para que se entere. Desde luego hay más pero para desconocedor funcionario estatal, le enumeramos las ubicadas a unas cuadras de sus oficinas en Palacio de Gobierno. Por si se anima.
Le resultan cómodas sus oficinas, pero debería por lo menos de enterarse de que en la ruta troncal del Vivebús o Bowí, que administra y controla el Gobierno del Estado, ocurre lo mismo a cualquier hora y todos los días.
Desconocimiento pleno y total desde la comodidad del palacete de cantera.
