LA REFORMA política o electoral del presidente López Obrador, que está a punto de salir del horno cual regordetes bollos, traería consigo una modificación sustantiva a la vida política y democrática del país.
Por los anticipos del propio mandatario y sus operadores morenista, la premisa principal es cancelar las instituciones autónoma, dar cabida a decenas de partidos políticos, desde luego satélites para que el mundo se de cuenta de “la democracia plena que se vive en México.
Uno de esos partidos por cierto, podría estar integrado o dirigido por elementos de las fuerzas armadas, “quienes como mexicanos en el primerísimo orden están el pleno derechos”.
Así andan los adelantos de la Reforma Política de AMLO; suena atroz y antidemocrática, pero tampoco hay nada de que sorprenderse, el camino a la dictadura se trazó hace muchos años, incluso, antes de que llegara a la presidencia de la República.
Desde luego que el primer filtro o dique será la famosa consulta de revocación, ratificación o perpetuación, como se le quiera llamar.
De lograrla con un 40 por ciento de la votación del padrón electoral vigente, para el presidente nada pasará, ni se va ni se queda ni todo lo contrario.
Ese no es el fondo de la consulta, la realidad es que va por la recuperación de su capital electoral, el que ciertamente es aún es bueno, pero se encuentra muy mermado.
Quienes vayan por el que sí continúe, con morenos y los amlovers, serán sumados en un total con los que voten en contra.
AMLO dirá en la mañanera que se impuso la democracia por la votación total y que “ganó el pueblo”; se trata de una manipulación. A quienes votaron en contra no les dirá fifis, neoliberales o conservadores, serán pueblo. Así le conviene.
Lo cierto es que, le interesa una votación muy abultada que valide la consulta y por lo tanto que él mismo y la CuartaT resulten triunfantes.
De entrada ya se sabe que aún ganando el No, se va a quedar, fue electo constitucionalmente por seis años, y una reforma para dar paso a la consulta, promovida por él mismo, no puede ser aplicada en este gobierno. La retroctividad para el caso, no es posible.
Lo de mas es un show, es mercadotecnia, en donde al presidente le urge aparecer como demócrata universal, así como se autocalifica como el mesías.
LE HA Apostado a la consulta, pues sabe que entre el sí y en no, sería sólo la suma para desaparecer las instituciones, sobre todo las autónomas, las que hasta como en tiempos de guerra no ha podido controlar.
El ejemplo más claro, constante que los mísiles mañaneros no han podido destruir, es el Instituto Nacional Electoral, pese a la doble presión de recortarle considerablemente el presupuesto y por otra parte, obligarlo, desde la Suprema Corte lopezobradorista a que realice el capricho presidencial de la costosa consulta, cuando hay 100 prioridades nacionales sobre el circo presidencial.
La reforma política por lo tanto dependerá de este tramposo y amañado ejercicio pseudodemocrático, implicaría disolver por decreto el INE, luego de 30 años de permanencia y esfuerzo de todos los mexicanos.
Y nombrar consejeros ciudadanos como se propone, en donde serían elegidos por el “pueblo”, en ejercicios electorales muy costosas, pero ya controladas por la dictadura.
Así es la reflexión: Votar en contra, pese a enojos, malestares y hasta desde las afectaciones no es opción, sería como votar a favor.
Ir por el sí, sería por lo tanto decisión de quienes así lo deseen; al final del día, nada lo puede evitar, ni la realidad que vive el país y menos la corrupción oficial, que ahora se niega y justifica, siempre culpando al pasado, cuando el pasado ya es presente.
A COMO andan las cosas en Morena Chihuahua (y el resto del país), no se extraña que la división sea tan profunda que ni siquiera, el diputado suplente del chairo Oscar Castrejón, se haya negado a negado a ocupar la curul.
Se trata del exdiputado de Morena, Miguel Colunga, y ahora suplente de Castrejón, quien se niega a ocupar el honorable encargo que le concedió del pueblo, y llevarse de pasadita algo así como 60 mil pesos por la suplencia de casi 15 días.
Cantidad nada despreciable, cuando Castrejón y la borregada morenista pidieron licencia para ir a apoyar la consulta del pastor AMLO, renunciando al pueblo chihuahuense, como si los hubiera elegido para eso y para atender asuntos de Morena.
Tal vez, el suplente Colunga en congruencia, haya dicho que no.
Lo que no se sabe, si el no, es a la consulta contra de AMLO. O de plano en contra del diputado que ha despreciado al pueblo.