DICHO por el Fondo de Naciones Unidas para la infancia (Unicef),El acoso escolar o bullying (término en inglés), es un fenómeno común en los entornos escolares que afecta por igual a niñas, niños y adolescentes sin distinción de edad, etnia o nivel socioeconómico.
Supone violencia física, psicológica o ambas, el acoso escolar tiene un impacto significativo de corto, mediano y largo plazo en la vida de los niños, niñas y adolescentes involucrados, ya sea como agresores, víctimas u observadores.
Este tipo de violencia es relevante porque afecta negativamente a la víctima, disminuyendo su autoestima y confianza, lo que puede conllevar a que padezcan de frecuentes estados de ansiedad, depresión, autoagresión e incluso conducir al suicidio.
El acoso escolar o bullying impide a niños, niñas y adolescentes que sufren estos maltratos ejercer sus derechos fundamentales y gozar de experiencias enriquecedoras de educación, interacción social, desarrollo y libre expresión de la personalidad, participación y a sentirse a salvo en la escuela como lugar desde donde es posible construir sociedades más justas y pacíficas.
Muchos de los actos de acoso escolar han sido, y siguen siendo, constantemente considerados parte integrante de la experiencia escolar, propias de la dinámica del patio de recreo y una lección más de la escuela en la que, como anticipo de la vida, niños, niñas y adolescentes aprenden a “resistir”, a “defenderse”, a “hacerse respetar” e incluso a devolver el golpe.
El concepto es parte de la Unicef, es verdadero porque atiende a la realidad, pero no se puede aceptar acciones de violencia física ni sicológica, entre pares y menos en esa vulnerable edad.
Tampoco se debe normalizar, o considerar que es normal, porque significaría como hasta ahora, que acoso escolar “se permita” y no prevenga o combata.
En Chihuahua no hay una estadística de bullying y sólo se conocen algunos esporádicos por las redes sociales y en videograbaciones de los propios alumnos.
El problema no sólo es que no hay información suficiente, pues incluso en algunos centros escolares se ocultan.
La gravedad del caso es que ya no sólo se trata de una burla como ocurría hace un par de décadas. Los casos van en aumento, con violencia exponencial. Estamos hablando de Chihuahua.
SE SUPONE que el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, ya planchó políticamente hablando, con la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel Reyes.
Por lo menos, así se ha dicho en el círculo rojo de la política y en el gubernamental, luego de que ambos sostuvieron una reunión de compas en la Ciudad de México.
Se dice que pactaron la reelección del Pérez Cuéllar, bajo el compromiso de que el munícipe apoye a la Juanita de López Obrador, es decir, a Claudia Sheinbaum.
Puede ser o no, más cuándo el alcalde morenista le firmó al coordinador del Senado, Ricardo Monreal, amor eterno, desde que lo hizo senador y presidente municipal.
La complejidad inicia, cuando el senador por la frontera, Rafael Espino de la Peña, ha hecho dupla con Monreal y está como suplemente de Pérez Cuéllar en el Senado.
Explicado de otra manera, ambos senadores están en el proyecto político para el 2024, con el canciller Marcelo Ebrard Casaubón, incluyendo Pérez Cuéllar.
Entonces qué planchó Pérez Cuéllar?, pues poco o nada, o tal vez, se trata de una traición sobre todo a su padrino político, lo que no es descartable, así es su condición humana, no sería la primera ni la última vez.
Por otra parte y colofón, no sería creíble que la secretaría Montiel haya modificado tan rápidamente sus sentimientos y ahora desdeñe al superdelegado, Juan Carlos Loera de la Rosa; O quiza sí.