MÉXICO para la CuartaT es un país en donde nada pasa un Disney Word; no hay problemas económicos, de salud, ni de seguridad, es más ni pobres; por sólo citar algunos, pero la realidad demuestra que pasa de todo.
Desde luego que, el tema por la muerte de 39 migrantes acontecidos en el centro de retención Lerdo del Instituto Nacional de Inmigración, en Ciudad Juárez, es el acontecimiento periodístico por su interés general.
Desde la Mañanera el presidente de la República, intentó minimizar la tragedia, bajo los dichos que se encontraban en un albergue (municipal), que se habían amotinado y que quemaron colchonetas y otros artículos. Victizar a los jodidos. No le quedó otra.
Los hechos demuestran que estaban encarcelados, pese a que el centro de migración no es una cárcel y que el personal del Instituto de Migración, no les abrió las enrejadas puertas, abandonaron el lugar y literalmente los dejaron morir por asfixia y morir incinerados.
No pasa nada y pasa de todo. Más tarde el secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández, superior jerárquico del director Nacional de Migración, declaró que dicho Instituto pasó en sus funciones a la Secretaría de Relaciones Exteriores, por disposición presidencial; entonces no pasa nada. Patear la pelota es lo mejor desde el gobierno federal.
Por atribuciones, las investigaciones recayeron sobre la Fiscalía General de la República (FGE) y nada pasará, la dependencia encargada de procurar justicia, sólo se encarga de casos políticos, pese a la magnitud de la tragedia de los migrantes. Esos a AMLO no le interesan, sólo que sean votos.
Los migrantes durante la tarde y parte de la noche fueron detenidos en las riberas de río Bravo, en un operativo especial de la Instituto Nacional de Migración; los encarcelaron y dejaron abandonados en la estación migrante.
Quién dio la orden, eso debe ser muy fácil de saber; en todo caso el por qué, sería lo delicado. En la frontera la idea gira en el sentido de que desde la Secretaría de Gobernación, se ordenó limpiar de migrantes de las calles por donde pasará el presidente de la República, en la gira del viernes por este municipio.
Otra tragedia que llama la atención mundial, más cuando el Estado (mexicano), detuvo y encarceló a los migrantes y los dejó morir. Aquí no hay salida ni excusa, el Estado los tenía bajo su custodia. Bien decía el diputado morenista Porfirio Muñoz Ledo, se trata de un crimen de estado, en donde el Gobierno mexicano, convirtió en un crematorio la cárcel migrante en Ciudad Juárez.
Se supone que México está suscrito como país en tercer nivel para recibir y garantizar la seguridad de los migrantes; no pasa nada. Hoy se dirá que es un complot de migrantes conservadores que buscan desestabilizar al gobierno mexicano.
POR CIERTO que a la visita por ahora no propuesta ni cancelada del presidente López Obrador a Ciudad Juárez, no ha sido convocada, hasta ahora la gobernadora del Estado, María Eugenia Campos Galván.
Ya se conoce que la relación es lejana, se acentúa en cada mañanera cuando aparece la palabra Chihuahua, lo que por cierto es muy frecuente, pero mínimamente la diplomacia se debería imponer, aunque la palabra cada día se borra más en la política gubernamental mexicana.
López Obrador no quería mirar y mucho menos visibilizar a los migrantes y problema migratorio, les ha hecho el fuchi, pero realmente estará el viernes, el tema será obligado e incluso llevar una corona floral a la cárcel que habilitó en las oficinas del Instituto Nacional de Migración.
Desde Palacio de Cantera, nos dicen que la gobernadora, prefiere no ser convocada, luego de la tragedia a la gira presidencial, para que sea el Gobierno Federal en esa ocasión quien cargue con sus muertos.
ORGANISMOS oficiales internacionales, desde la ONU, OEA, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, han hecho fuertes pronunciamientos en contra del Gobierno Mexicano por la negligente muerte de los 39 migrantes.
Los comunicados y posicionamientos han sido muy argumentados y certeros cuando piden que haya una seria investigación y se preguntan por qué estaña detenidos, porque no hubo protocolos para garantizar su seguridad y la protección de sus derechos humano.
No conciben que mueran y menos de la manera en que ocurrió, cuando están bajo la tutela del Gobierno Mexicano, es que se dice humanista y protector de los más vulnerables.
Otras organizaciones sociales también de carácter global, exigen al López Obrador que asuma la responsabilidad para que haya justicia para quienes murieron asfixiados o calcinados y no brote la impunidad y negligencia que hasta ahora ha declarado en su rueda de prensa por las mañanas.
La conclusión sintetizada señalan: La omisión, inoperancia, inacción, encubrimiento, falacias, indolencia, falsa narrativa, y etc etc. Se convierten en impunidad, en donde todas y cada una; serán corrupción.