La Columna
Por Carlos JARAMILLO VELA
DELICIAS CHIH.- Los mensajes en la política pueden tener un significado y un efecto que va más allá de finalidades meramente informativas o declarativas. Sean ciertos o falsos, éstos buscan provocar un cambio en la opinión o actitud de los destinatarios respecto a determinada temática.
Asimismo, tienen por objeto lograr que quien los recibe actué en cierto modo una vez que ha adoptado la opinión de que es válido el argumento del mensaje.
Durante las campañas electorales suelen intensificarse la cantidad y diversidad de mensajes que se emiten por parte de los candidatos u otros actores políticos; por ello no resultan extraños el rumor desencadenado en torno al posible candidato republicano a la vicepresidencia de Estados Unidos, así como tampoco es inexplicable el intervencionismo en el que, con evidente violación a la ley y de manera premeditada, ha venido realizando dentro del proceso electoral de México el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por parte del equipo de campaña de Donald Trump, aspirante a la candidatura presidencial de Estados Unidos por el Partido Republicano, se ha venido ventilando con fuerza la posibilidad de que el candidato a la vicepresidencia sea Greg Abbott, actual Gobernador de Texas.
Esto ocurre en un contexto de marcada irritación social en Estados Unidos frente a los constantes ingresos de migración masiva que se han registrado en los recientes años, por parte de miles de personas provenientes de México y otros países de centro y sudamérica.
En virtud de la conocida postura anti mexicana y anti inmigrante del gobernador texano, es obvio que el mensaje que Trump y sus colaboradores envían a sus posibles electores es la férrea defensa de la frontera para impedir la llegada de migrantes latinoamericanos a su país.
Por su parte Andrés Manuel López Obrador, quien reiteradamente se ha entrometido en el actual proceso electoral aún en contravención a lo que la ley le prohíbe, también está incorporando en su discurso mensajes con una clara intencionalidad electoral.
Una de las narrativas de López Obrador ha sido la reciente acusación contra supuestos intentos de intromisión por parte del del gobierno de Estados Unidos, para influir en el presente proceso electoral de México.
Independientemente de la falsedad o veracidad del argumento esgrimido por el mandatario en su línea discursiva, el mismo también lleva implícita una clara intencionalidad electoral, con el tácito propósito de generar en los votantes primero una percepción, y después un respaldo electoral para el partido del presidente.
Por tales razones es viable afirmar que en las campañas electorales no todas las expresiones que los actores políticos vierten son necesariamente verdaderas, pues la mentira es una tentación permanente para aquellos que consideran válido el maquiavélico adagio que afirma que el fin justifica los medios. Quienes piensan que son más importantes los fines que los medios empleados para conseguirlos, siempre serán proclives a mentir, robar y traicionar, con tal de satisfacer sus apetitos.