EL PRÓXIMO 10 de noviembre estarán en la capital la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde y el secretario de Organización, el carismático Andy López Beltrán, hijo de Andrés Manuel el expresidente de México.
Se trata de una gira de un día con un evento con la dirigencia estatal y municipal por la mañana; en la tarde una reunión con la militancia.
Morena, dicho hace unos días por su presidenta, tiene el ojo puesto en el estado para su conquista electoral, quieren el bastión del panismo en el norte del país. De hecho, quieren pintar todo el país de color guinda.
De la esta fecha y hasta el 2027 buscan realizar una afiliación masiva para alcanzar los 300 mil militantes en la entidad, lo que sería una locura política.
Esta cantidad de militantes, nunca los alcanzó el PRI en sus mejores momentos y mucho menos el PAN en tiempos actuales. Hablamos de militantes, no de simpatizantes.
Con 300 militantes Morena se llevaría sin problemas todo, sin necesidad de programas sociales ni compra de votos, parece lo mismo, pero no dejan de ser dos vías de captura de sufragios.
Morena en la esta entidad alcanzaría alrededor de cuatro mil militantes a lo mucho. No hay certeza del número primero debido a que no hay un padrón confiable o de plano no lo tiene y dos, hay que recordar que después del triunfo de López Obrador se cerraron las puertas a la afiliación.
Veremos qué nuevas trae la estrenada presidenta de Morena, en una gira que hasta ahora. no se ha contemplado un espacio de atención para los medios de comunicación.
TODO parece que el arroz ya se conoció en torno a la aspiración del exdiputado panista, Jorge Romero Herrera, quien sin duda, será el nuevo presidente del PAN en el país.
Por lo menos así se constató en la gira que realizó ayer por la entidad, en donde la clase política panista, se inclinó abiertamente por su candidatura.
Estuvieron con el diputados locales y federales, funcionarios estatales y municipales, es decir, se marcó una línea como se hacía en el viejo priísmo.
Se registró un decante en su favor de la gobernadora María Eugenia Campos Galván y del alcalde capitalino Marco Antonio Bonilla Mendoza.
Para que mensajes cifrados, ocultos u opacos cuando la luz es tan claro; el delfín de los autores políticos del PAN en este, país, apuntan hacia Romero, seguramente en el camino dejará a la exdiputada Adriana Dávila.
Ramero no parce el mejor perfil se parece demasiado a Marko Cortez, pero tampoco hay mucho de dónde escoger, pro lo pronto Chihuahua ya tomó partido.
LA GOBERNADORA María Eugenia Campos Galván y el secretario estatal de Seguridad Pública, Gilberto Loya, se reunieron el jueves con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno Federal, Omar García Harfuch.
Una reunión necesaria, antes impensable con AMLO, en donde por lo pronto se demostró buena voluntad, en lo mismo de siempre; una buena coordinación, intercambio de información sustantiva, combate al crimen y bla, bla. bla.
Lo interesante en realidad sería es que la Federación destinará más recursos económicos para que Chihuahua tuviese mejores policías, más capacitados, más equipamiento y mejores salarios.
Ese sería un buen avance y no sólo buena voluntad, pero de antemano el desgraciado pronostico es que el estado de Chihuahua no tendrá ni un centavo para el tema de seguridad.
Si la Federación no puede ni le interesan los estados que tiene en llamas, como Tabasco, Chiapas, Guerrero, Guanajuato y Sinaloa; que puede esperar Chihuahua, pues nada.