Por José Luis JÁQUEZ BALDERRAMA
CHIHUAHUA CHIH.- El domingo primero de junio habrá la primera elección judicial en la historia de México. Una elección que pone en riesgo normas democráticas, debido a la creciente polarización política y la división social.
Y por si fuera poco, el proceso se encuentra en una arena de alto riesgo, debido a la presencia real de la delincuencia organizada y la amenaza de grupos de choque como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que tiene más de dos semanas “estrangulando” la capital del país, con demandas que jamás le van a cumplir, como el aumento del 100% al salario y derogar la ley del ISSSTE del 2007.
Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, en su libro: “Cómo mueren las democracias” describen un panorama parecido a lo que está ocurriendo actualmente en el país.
Los escritores y periodistas estadounidenses puntualizan: “La polarización puede despedazar las normas democráticas. Cuando las diferencias socioeconómicas, raciales o religiosas dan lugar a un partidismo extremo, en el que las sociedades se clasifican por bandos políticos, cuyas concepciones de mundo no sólo son diferentes, sino, además mutuamente excluyentes, la tolerancia resulta más difícil de sostener. Que exista cierta polarización es sano, incluso necesario, para la democracia”.
Agregan: “sin embargo, cuando la división social es tan honda que los partidos se asimilan a concepciones del mundo incompatibles, y sobre todo cuando sus componentes están tan segregados socialmente que rara vez interactúan, las rivalidades partidistas estables acaban por ceder paso a percepciones de amenaza mutua. Y conforme la tolerancia mutua desaparece, los políticos se sienten más tentados de abandonar la contención e intentar ganar a toda costa. Ello puede alterar el auge de grupos antisistema que rechazan las reglas democráticas de plano. Y cuando esto sucede, la democracia está en juego”.
Y fueron más tajantes al afirmar:“ capturando a los árbitros, comprando o debilitando a los opositores y reescribiendo las reglas del juego, los dirigentes electos pueden establecer una ventaja decisiva (y permanente) frente a sus adversarios. Y dando estas medidas se llevan a cabo de manera paulatina y bajo aparente legalidad, la deriva hacia el autoritarismo no siempre hace saltar las alarmas. La ciudadanía suele tardar en darse cuenta de que la democracia está siendo desmantelada, aunque a ello suceda a ojos vistas”.
Regresando al tema de la elección judicial, la mayoría de los mexicanos desconoce a los candidatos e ignoran por lo que van a sufragar. A esto hay que agregar que opositores políticos y líderes sociales llaman a no votar, con el fin de hacer un vacío al proceso.
Las principales encuestadoras no coinciden en cuanto al porcentaje de participación en la votación, algunas dicen que estará entre 8% y 15%, y otras, como Consulta Mitofsky informa que será del 25%, pero el Financial Times publica que “será un fracaso total”.
Ante todo esto, la estructuras de los grupos de poder habrán de recurrir al clásico “acarreos” y hasta con acordeón que lleva la lista de los “preferidos”, lo cual es delito según el INE y el IEE local, pero no pasará nada, pues es normal que se viole la ley electoral en México y mandé la impunidad.
Está en juego todo el poder de la corte, ya que se contempla renovar 881 cargos federales (incluye los 9 ministros) y 1,800 estatales de jueces y magistrados.
El gobierno en el poder busca que sea un hecho consumado la reforma constitucional y que se cumpla el anhelo de cambio en el sistema de justicia, al que han considerado como anacrónico y corrupto.
Hay que enfatizar que el actual sistema judicial (tribunal electoral) así como las instituciones ciudadanas (INE) permitieron la transición democrática en México y fue como la 4T accedió al poder.
Finalmente, sea cual fuere la participación ciudadana el domingo primero de junio del 2025 cambiará la historia de la independencia de los poderes y la democracia. ¿Y usted qué opina?