Corral obcecado con Madero – Avanza el réloj; se esfuma el poder -A qué le teme el gobernador

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EL SÁBADO próximo se entregará al Congreso local, la iniciativa de reforma política-electoral elaborada y propuesta desde el Palacio de Gobierno; de entrada rechazada los partidos políticos mayoritarios.

La reforma, dicha por el gobernador del estado, Javier Corral Jurado, pretende democratizar a los partidos, transparentarlos y motivar la participación ciudadana, sobre todo para la pre-elección de quienes deberán de ser sus candidatos a las presidencias municipales y gubernatura.

En el papel, en el discurso, en la retórica, hasta suena bien, pero no se dice por ejemplo, cuánto nos van a costar dos elecciones en caso de ir a una segunda vuelta, más la constitucional, o sea tres. Y lo esencial, cómo explicar que el gobierno se quiera meter hasta la cocina de los partidos, cuando no ha sido invitado.

A cuánto nos sale la lujosa democracia corralista, con una reforma que ya tiene nombre y apellido como destino, luego de que al corralismo no sólo se le acaba el tiempo en Palacio, sino el crédito social electoral que se le otorgó en el 2016. Cuál necesidad de cambiar las reglas desde el gobierno para dejar candidatos a modo, como lo intento el innombrable que por cierto le dio el triunfo al actual.

No obstante como dicen los ricos, el dinero es lo de menos, o la democracia cuesta, el problema es que desde el Estado, se pretende incidir e intervenir en los partidos políticos, que no son de los gobiernos, si no de los ciudadanos, de acuerdo con sus preferencias, políticas, ideológicas y hasta sus tradiciones.

Pero además, el Estado no puede decidir los procesos o métodos que cada partido utiliza para seleccionar a sus candidatos, incluso si utiliza una urna o lo hace a través de un volando. Los métodos están reglamentados desde la Constitución  y leyes secundarias.

Entonces, en dónde queda la democracia, cuando se trata de imponer desde el poder una intervención directa a los partidos y más aún, en la elección de sus candidatos.

Cada partido decide a quien lanza desde sus intereses, como lo ha hecho el gobernador Corral, que brinca de congreso en congreso- senado-congreso  y ahora a la gubernatura, como si el PAN no tuviera otras figuras capacidad de contender y hasta ganar.

Pero también los métodos abiertos ya se han practicado en Chihuahua con buenos resultados en lo electoral. Requirieron de grandes inversiones económicas no controladas y con enormes grietas políticas al interior de los partidos.

Son elecciones de cara y con la sociedad, el punto central corralista para justificar en los jurídico es por la participación ciudadana y su derecho a elegir a los mejores lo que resulta cierto (con excepción de que no siempre son los mejores, el gobernador entenderá a que nos referimos), pero insistimos para eso son las elección constituciones, en donde también se puede cuestionar si se elige a los mejores, pero la democracia se impone como sucedió con López Obrador y el propio Corral Jurado,

El problema de este tipo de elección no es sólo el intervencionismo el Estado, sino la capacidad que tiene el poder formal, el económico y otros poderes de  facto pero no de yure, de manipular y cambiar voluntades.

EL PRI anunció que votará en contra de la propuesta de Reforma y Morena por lo menos en su consejo y dirigencia estatal, van también por la negativa.

Los diputados de Morena, pues primero anunciaron que van a favor y luego que en contra, y como ha dicho el dirigente estatal de este partido, Martín Chaparro,  ellos decidirán el sí o el no, pues se trata de “diputados del pueblo, no de un partido”.

Buena frase de Chaparro; pero quién sabe a qué pueblo se referirá cuando los legisladores morenos siempre aparecen con ojos azules en las votaciones, y al pueblo ni lo conocen, por los menos al de Chihuahua estado y por allá en la zona centro los andan buscando, por el tema de La Boquilla.

EL PAN por ahora estás más dividido que nunca, los proclives a la derecha de la alcaldesa María Eugenia Campos Galván, detestan la reforma, pues consideran que le están cerrando el camino y a la vez abrirle la puerta al senador Gustavo Madero Muñoz, sin embargo, los corralistas (en el PAN) van en pro de la ley que se conoce también como la de Madero.

Los chiquis partidos, ya se sabe que van por las dádivas que les otorguen desde la Aldama y Venustiano Carranza. Por ahora al PAN sólo no le alcanzaría en el Congreso, pero pues tiene con qué convencer al Panal, Verde, PT, el PES y a Don Chuy, priísta que está fuera de la fracción del PRI.

TAL es la preocupación de jefe del Ejecutivo que ahora designó a su propio Secretario Particular, Roberto Fuentes, como vocero de la Reforma, mientras su ex secretario general de gobierno, César Jáuregui Robles, está en la CDMX y Guadalajara, haciendo cabildeos previos en los tribunales federales electorales y Suprema Corte, en previa consideración de que va a pasar el Chihuahua y se va a impugnar en lo federal.

Para qué tanto brinco si el piso es parejo, se preguntan algunos. Corral sabe que está perdido en la próxima elección y también conoce que su llega la alcaldesa de la capital, que aunque panista, le va a dar una buena perseguida y exhibida y que si llega su compadre Cruz Pérez Cuéllar lo va a encarcelar; con el morenista Rafael Espino de la Peña, no le va a perdonar actos y hechos de corrupción.

De ellos tres vendrá el próximo gobernador de Chihuahua, Corral necesita que su delfín Madero sea no sólo el candidato, sino el próximo gobernador. Por algo será,  como aceptaría Duarte, en su último diólogo como gobernador en su círculo cercano. Muchos ahora son testigos protegidos y otros están purgando sentencia.